Córdoba. Martes. Seis y media de la tarde. Un músico se dirigía al conservatorio para asistir a su clase musical, con su pífano. Como era un gaznápiro, mientras llegaba al edificio, un garduño que tenía un enorme y horrible divieso en la cara, le intentó robar el pífano, pero al final resultó que era una magaña de su compañero de clase musical.
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